lunes, 7 de abril de 2014

Sal de tu zona de Comodidad


¿Alguna vez te pusiste a pensar que la comodidad puede no ser tan beneficiosa como parece a simple vista?
Cada uno de nosotros tiene hábitos, maneras de ser y hacer las cosas que nos son habituales. Nos sentimos cómodos y seguros quedándonos dentro del espacio de lo que es conocido para nosotros.  Sin embargo esta comodidad tiene su precio: el cerrarnos a nuevas posibilidades y el impedirnos lograr nuestros sueños.

Veamos más detenidamente qué es esa zona de comodidad en la que muchas veces nos quedamos atrapados. La Zona de comodidad o confort está formada por todas las creencias y acciones a las que estamos acostumbrados y que nos son familiares. Podemos tener hábitos y costumbres en distintas áreas de nuestra vida: en el ámbito familiar, laboral, en nuestra relación de pareja, en nuestra vida social, en relación a nuestro cuerpo, etc.
A veces la comodidad nos lleva incluso a sostener situaciones que no queremos para nuestra vida.  Por ejemplo hubo una época en mi vida en la que estaba en un trabajo que no era el que yo deseaba. Mi sueño era poder vivir del coaching, realizando diversas actividades como talleres, conferencias y sesiones de coaching personal para facilitar procesos de aprendizaje en las personas. Sin embargo ahí estaba yo, trabajando como gerente de una empresa cuya visión no tenía que ver con mi sueño. ¿Por qué seguía ahí si no era lo que yo quería? Porque me resultaba cómodo y seguro. Ese trabajo me brindaba ciertos beneficios a los que estaba aferrada: Tenía un sueldo asegurado, tenía poder para tomar decisiones, confianza total por parte de mi jefe, entre otras cosas.  Hasta que un día tomé conciencia de que estaba aferrada a mi zona de comodidad y me estaba perdiendo la posibilidad de concretar mis sueños. Fue allí cuando decidí renunciar a ese trabajo y salir de mi zona de comodidad. De esa manera di un salto hacia una zona de aprendizaje, una zona donde existían nuevas posibilidades.  La zona de aprendizaje se caracteriza por ofrecer nuevos espacios de creación, donde podemos ser artífices de lo que deseamos, donde podemos aprender y reinventarnos. Dar ese salto de la zona de comodidad hacia la zona de aprendizaje me permitió concretar mi sueño y gracias a eso hoy me dedico a hacer aquello que amo. 

Muchas personas se quejan de su situación, pero no hacen nada para moverse de donde están. ¿Por qué? Podemos mencionar varios motivos: Porque a veces es más cómodo quejarse que asumir la responsabilidad de cambiar y accionar para que lo nuevo ocurra, porque quizás tienen miedo a lo desconocido, porque no toleran la incertidumbre, por temor al fracaso…Sin embargo, ¿cuál es el precio que pagan?   
En este sentido hay mucho que los adultos pueden aprender de los niños. Ellos tienen una disposición natural a salir de su zona de comodidad y asumir nuevos desafíos. Los niños disfrutan aprendiendo cosas nuevas, están abiertos a aprender, a reconocer que no saben todo, y toman la vida con asombro, dispuestos a explorar y descubrir, dispuestos también a equivocarse y aprender de los errores.

Para finalizar te invito a que reflexiones: ¿En qué áreas de tu vida el mantenerte en tu zona de comodidad te está cerrando posibilidades? ¿Qué nuevas posibilidades se abrirían para ti si decides moverte fuera de ella, hacia una zona de aprendizaje?  

  
Pía Andújar
Coach Ontológico Profesional