jueves, 18 de septiembre de 2014

TU BOSQUE INTERIOR: ¿Que te separa de tu LUZ?


Había una vez un hombre que caminaba perdido en el sendero Espiritual. Al encontrarse en medio del bosque, solitario, triste y preocupado por buscar la manera de ver la LUZ, oyó una voz que le dijo: -¿Dónde vas buen hombre?
Un poco asustado al oír aquella voz, contestó: -Llevo años buscando poder ver la LUZ, pero ni la veo ni sé dónde buscarla.
Sonriendo, aquella voz le dijo:- Hombre, la LUZ no se busca, está siempre delante de ti, lo que pasa es que tienes un bosque de árboles entre tú y ella, que no te permite verla.
-¿Quieres decir que los árboles mentales que tengo no me dejan ver la LUZ?
-Así es, por lo tanto has de ir talando todos los árboles que están entre tú y la LUZ, pues ellos te impiden verla.
-¿Y cómo puedo hacer eso?, le preguntó el hombre.
-Mira, te enseñare como hacerlo, siéntate en la base de ese árbol, mantente en silencio y observa los árboles que tienes y ve talándolos mentalmente a todos y cada uno de ellos. Así pues aquel hombre se puso manos a la obra y empezó a ver su primer árbol. Vio el árbol de la impaciencia y lo taló, luego vio el de la intolerancia e incomprensión hacia los demás, siguió cortando el árbol de la vanidad y del ego, cortó también el árbol del rencor y el no perdón a los demás, siguió con el árbol de juzgar y creer ser superior a los demás, y siguió y siguió……Pasado un rato la voz le dijo:- ¿Cómo vas?
El hombre le contestó:- Voy bien, acabo de talar una gran hilera de árboles que no me dejaban ver la luz, pero aun no la veo, hay otra gran fila de árboles, ¿qué árboles son estos?, preguntó el hombre.
La voz le contestó: son los mismos árboles de antes pero ahora son a nivel espiritual, son los árboles de la vanidad espiritual, intolerancia espiritual, el árbol de creerse en posesión de la verdad …. y estos árboles son peores que los anteriores, córtalos muy bien. Así pues, el hombre siguió talando la siguiente hilera de árboles. Taló el árbol de creerse ser un elegido, de creerse maestro, taló el árbol de querer salvar al mundo, taló también el árbol de su religión y siguió y siguió. Y así siguió el hombre talando árboles hasta que…
Pasado un rato la voz le dijo: -¿Cómo vas?
Y el hombre le contestó: -Voy bien, ya se ve algo de luz, pero estoy identificando el último árbol ¿qué haré con él?.
La voz le dijo:- Antes de talarlo mira bien que representa este árbol. El hombre se concentró y al ir a cortar el árbol vaciló y rápido decidió ir a consultar a la voz, y entonces exclamó; -¡Ese árbol es mi SER, ¿cómo quieres que lo tale?.
La voz le contestó: -Si quieres ver la LUZ, has de talarlo, pero eso ya es elección tuya. Así que aquel hombre un poco asustado lo taló y se quedó sin creer en su SER. Pasado un rato la voz le dijo: -¿Cómo vas?
-Ya he talado ese árbol, le contestó. Y la voz le preguntó ¿y aún sigues vivo? 
El hombre contesto: -sí. Y la voz le dijo pues entonces sigue…
Pasado un rato la voz volvió a preguntar: -¿Cómo vas?
-Muy bien ya veo la LUZ, es preciosa y todo amor, es increíble .Muchas gracias de todo corazón por ayudarme a ver la LUZ, le dijo el hombre entusiasmado.
-No corras tanto, le replicó la voz, aún no hemos terminado, esa LUZ que ves es aún un espejismo, tienes que talar el último árbol para poder ver la verdadera LUZ.
-¿Cómo? Dijo sorprendido aquel hombre, yo no veo ningún árbol más.
- Ese es el problema de muchos hombres, no pueden verse asi mismos… y tu tampoco puedes ver el último árbol, pues ese árbol ERES TU MISMO, y lo que ves es la LUZ a través de tu árbol, no de tí, tálate a ti mismo y veras la LUZ.
Aquel hombre no podía creer lo que estaba escuchando, pero se puso en marcha y taló su propio árbol. Pasado un momento la voz le dijo:- ¿Cómo vas, ya has visto la LUZ?
Y el hombre con todo el amor, paz y felicidad, le respondió a la voz: no he visto la Luz, !SOY LA LUZ!
A través de este cuento quiero invitarte a traer a tu vida la pregunta: ¿Qué árboles de tu bosque interior eliges talar para reconocer tu LUZ?

María del Carmen Vega
Coach Ontológico Profesional
Directora de Escuela de Coaching Profesional
www.coachingescuela.com.ar



lunes, 1 de septiembre de 2014

LOS LIMITES Y LA INTEGRIDAD



¿Qué es un límite y como se relaciona con la integridad? Un límite define la zona emocional que te corresponde como ser humano diferenciando lo que eres y quieres de lo que no eres y no quieres, y en ese dominio tu integridad se ve afectada cada vez que alguien transgrede ese espacio de tu dignidad.

Establecer límites tiene que ver con hacer uso de una declaración fundamental: el “NO”, el“BASTA”, sin la presencia de la misma estas comprometiendo tu autonomía e integridad. Si lo comparásemos con tu casa, es como sino existiesen los límites inmobiliarios de la misma y las personas pudieran entrar y salir de la misma cuando quisieran.
El lograr bienestar en tu vida depende de tu capacidad de darte cuenta hasta dónde puedes ceder ante los demás. Si consideras que no estás poniendo freno a conductas fuera de lugar y hasta destructivas de otros, recuerda que tú tienes el derecho de no aceptar ciertas demandas de otros, y nadie puede arrebatarte ese derecho.

Desde mi mirada sostengo que un comportamiento, siempre tiene un beneficio detrás, que es el que te lleva accionar de una manera determinada. Es por ello que te invito hacerte la siguiente pregunta: ¿Cuál es el beneficio que obtienes al no establecer esos límites cuando es necesario?

Algunos beneficios suelen ser:
  • Evitar enfrentarte a un posible rechazo y desaprobación.
  • Evitar hacerte cargo de una situación por miedo a no poder afrontar o controlar lo que viene después.
  • Mantenerte en la zona “cómoda” porque, a pesar de que la pasas mal por no poner límites, esto se ha hecho “parte” de tu vida; una costumbre de la cual se te hace muy incómodo salir.
  • (Escribe sobre tus beneficios)
Como ser humano tienes derecho a elegir y cada vez que dejas de lado esta posibilidad estás pagando precios muy altos como el entregar tu autoestima y tu poder personal a otros para que hagan lo que quieran con ellos. No puedes cambiar, ni controlar lo que los demás hagan, tampoco obligarlos, pero sí puedes ponerte el traje de responsable de tu vida, de tu integridad.
Algunos puntos que pueden serte útil en el camino a lograr bienestar emocional:
  • Identifica la situación en la que crees que necesitas poner límites y decide qué es bueno para ti y que no es bueno. Esto es una decisión personal. ¿Cuál es ese límite que sientes que debes establecer? Piensa en las personas implicadas con quienes debas hablar. Ten en cuenta que una de esas personas a quienes necesitas poner límites eres tú mismo. En caso de que estemos hablando del grupo de personas con las que te relacionas, estas pueden ser de tu entorno familiar, amigos y de tu trabajo. Escribir todo lo que sientas sobre la situación te servirá muchísimo para aclarar tu mente para disponerte a buscar soluciones.
  • Piensa cuáles serían las consecuencias negativas de poner límites. Una vez identificada la situación, piensa qué pasaría si lo hicieras. De esta manera te ubicas en los distintos “futuros” posibles para evaluar si en verdad el resultado sería tan negativo o no. En muchos casos, el hecho de poner límites se paga con precios muy altos, esto comprendo que es muy personal. Mide el precio que pagarías si lo haces y evalúa si estás dispuesto a enfrentarlo.
  • Piensa cuáles serían los beneficios de poner esos límites. Al establecer límites estás buscando resultados positivos en tu vida. Entonces, identifica cuáles serían las consecuencias positivas de hacerlo, qué lograrías, qué nuevas posibilidades se abrirían para ti. Identificar todo lo bueno que se generaría te dará más fuerza para llevarlo a cabo y no titubear ni tener miedo.
  • Determina acciones para establecer esos límites si consideras que sí pagarías el precio. Decide qué permitirás que ocurra y qué no estando tú presente y asegúrate de que se cumpla. Diseña la manera en la que vas a manejarlo: identifica quién es la persona con la que hablarás, a qué ámbito pertenece, cómo correspondería dirigirte, cómo podrías expresarte, qué y cómo le dirás al otro lo que esperas de él, cómo podrías mantenerte firme y consecuente, qué pasaría/harías ante un resultado que no te guste. Esto es necesario para que en tu mente vayas diagramando diferentes posibilidades de solución. No olvides que tu objetivo más importante es establecer límites, hacerte respetar y no es necesario que sea desde la violencia ni la agresión. Para que esto no ocurra, tienes que buscar generar acuerdos efectivos en un contexto de conversación tranquilo, explicativo, donde la misma pueda darse sin emociones negativas, sin venganzas inútiles y sin insultos ya que el resultado sería adverso.
  • Determina acciones si consideras que no pagarías el precio. Si decides no pagar el precio de poner límites, intenta comprender para qué sigues manteniéndote en esta situación. Pon en la balanza y verifica qué otra cosa puedes hacer; quizás proponerte un tiempo límite para arreglar la situación de otra manera solucionando antes otras cosas que consideres necesarias: fortaleciéndote para tener valor, encontrándote contigo mismo determinando qué quieres de tu vida, preparándote mejor para ese momento emocionalmente, económicamente, etc…
¿Qué OBSERVADOR elegís SER para cuidar tu INTEGRIDAD?
Te dejo la invitación a trabajar sobre los puntos mencionados y a partir de los mismos a soltar los estados de ánimo de desacuerdos, enojos, resentimiento, frustración, celos, etc. Si estableces los límites desde tu paz, enfoque, diseño de conversaciones y proyección, verás cómo te conectas con el BIEN-SER, el BIEN-ESTAR en tu vida..

¿A quiénes o a qué crees que debes ponerle límites? ¿Qué te está impidiendo hacerlo?
¿Qué posibilidades se abrirían en tu vida a partir de la Declaración Fundamental del “NO”, “BASTA”?

Regálate PAZ, regálate ARMONÍA,
Regálate ALEGRIA, regálate el permiso al BIEN-SER al BIEN-ESTAR,
a disfrutar de UNA VIDA, que merece SER VIVIDA!!

María del Carmen Vega
Escuela de Coaching Profesional

Ver la Posibilidad


Hace un tiempo leí que en una tribu de África, cuando alguien hace algo perjudicial o incorrecto, ellos llevan a la persona al centro de la aldea y toda la tribu viene y lo rodea. Durante dos días, le dicen "todas las cosas buenas" que él ya ha hecho.

La tribu cree que cada ser humano viene al mundo como un ser bueno, deseando seguridad, amor, paz y felicidad. Pero a veces, en la búsqueda de esas cosas, las personas cometen errores; errores que la comunidad ve como un grito de socorro. Entonces, la tribu se une para levantarlo; para reconectarlo con quien es realmente, hasta que él se acuerde totalmente de la verdad, de la cual se había desconectado temporalmente: "Yo soy bueno".
Relacionando esto con el coaching podemos decir que “el lenguaje crea realidades”. Cada vez que emitimos un juicio estamos reforzando aquello que creemos. Todos esos pensamientos “negativos” que tenemos sobre los demás y sobre nosotros mismos van moldeando nuestra identidad, la del otro y el carácter de nuestras interacciones.

Me pregunto qué pasaría si empezáramos a relacionarnos diferente, viendo lo mejor del otro y de nosotros mismos en lugar de enfocarnos en lo que nos falta y lo que está mal. ¿Cómo me relacionaría con el otro si me enfocara en aquellas cosas que tengo para agradecerle en lugar de estar enojado porque cumplió con alguna expectativa que yo tenía? ¿Qué pasaría si me enfoco en sus cualidades en lugar de lo que yo considero defectos?.

En resumen se trata de enfocarnos en la posibilidad que somos y en la posibilidad que es el otro como ser humano. Y si queremos emprender algún cambio, ¿qué mejor que hacerlo desde el amor?. Aceptarnos como seres humanos diferentes crea mundos diferentes.
Hay una frase de Deepak Chopra que dice ““Todo el mundo tiene un propósito en la vida...un don único o talento especial para ofrecer a los demás”.
¿Y si nos enfocamos en eso especial que tiene el otro? ¿Quién dice que tiene que ser como yo quiero que sea?

Te dejo abierta la invitación a enfocarte en la posibilidad que puedes ser para el otro y la posibilidad que el otro puede ser para ti. Quizás si empezamos a tener una mirada más gentil y menos crítica podamos empezar a transformar nuestro mundo.

Un abrazo,
 
Pía Andújar
Coach Ontológico Profesional